Desde nuestro centro de psicología en Móstoles sabemos que la salud mental es un término ambiguo para muchas personas, ya que no saben definirla o identificarla correctamente. Pero es necesario aclararlo, ya que, pese a que siempre ha sido importante hablar de ella, ha sido ahora cuando ha adquirido gran importancia en los medios y en las conversaciones cotidianas.
Así pues, la salud mental es definida por la OMS como «un estado de bienestar en el cual el individuo se dé cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a su comunidad».
Hablemos de salud mental
Para ser más concisos, la salud mental tiene efecto sobre cómo nos comportamos, cómo pensamos y cómo nos relacionamos. Por lo que, el hecho de no padecer una enfermedad mental, no significa que se tenga una buena salud mental.
Además, hay que tener en cuenta que la salud mental no es independiente de la salud física, ya que hay ocasiones en las que un dolor físico merma la mente de una persona, y viceversa. Es debido a la incapacidad de realizar ciertas acciones lo que puede derivar en depresión o afectar de otras maneras negativas a la mente de un sujeto.
Así pues, la salud mental es el cómputo de bienestar emocional, psicológico y social.
De la salud mental depende todo
La importancia de tener una buena salud mental se ve reflejada a diario en la forma en la que nos comportamos y reaccionamos a distintas situaciones, y nos puede ayudar a:
- Afrontar el estrés
- Trabajar de forma eficaz siendo más productivo
- Tener una buena salud física, ya que ambas están relacionadas
- Relacionarse correctamente con los demás
Qué merma la salud mental
Para mantenerla, lo que se debe saber son las causas que pueden afectarla. Y aunque los problemas que surgen pueden ser debido a un solo factor, lo más común es que sea un conjunto de ellos. Estos factores pueden ser externos o internos a uno mismo.
Como factores externos pueden ser experiencias que nos hayan sucedido en el pasado provocándonos un trauma, como un abuso, la pérdida de personas o, incluso, enfermedades, entre otros. Pero también pueden ser internos, como son los factores psicológicos o biológicos, donde encontramos los antecedentes familiares. Es decir, una persona que tiene familiares directos que sufren algún tipo de trastorno mental es más propensa a sufrirlos, aunque ello dependerá también, como decimos, de situaciones externas.
Lo que hay que dejar claro es que el sujeto que sufre una enfermedad mental no responde a una personalidad más débil ni es una persona que tiende a la exageración. Las enfermedades mentales pueden empezar en cualquier momento de la vida, pese a que esta sea plena.
También influye en buena medida el estilo de vida que llevemos: la dieta, la actividad física que se realice o que no, el consumo de sustancias… Este tipo de factores inciden en nuestra psique.
Por eso, es importante hablar de salud mental y que haya más especialistas en los centros públicos.
Cómo identificar estos problemas
No es fácil identificar a tiempo problemas relativos a la salud mental por uno mismo. Dependiendo de la persona, los síntomas podrán ser unos u otros, pero son signos de alarma:
- Los cambios en la alimentación y en el sueño
- El aislamiento social
- Sensaciones de impotencia, desesperanza y vacío
- Incapacidad de realizar tareas cotidianas, como ir al trabajo o al supermercado. Es decir, sentirse sin energía.
- Cambios de humor severos
- Recurrencia de pensamientos obsesivos y recuerdos
- Tener dolores inexplicables
- Pensamientos de lastimarse a uno mismo o de «quitarse de en medio»
El reto de la salud mental para las instituciones
Pese a que los psicólogos son una pieza fundamental en el diagnóstico y salud de las personas, nuestra representación en la sanidad pública es ínfima.
De media en España hay 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes en los centros sanitarios públicos, siendo la media de Europa tres veces más. Por ello, cuando un paciente necesita de psicoterapeutas y no puede costearse las consultas, se encuentra con que las listas de espera son de varios meses. Y esto, a su vez, repercute de nuevo en su salud, porque si requiere de una atención más inmediata debido a su problema, este se agravará aún más.
A esto se suma la forma que tienen en los centros de atención primaria de solucionar los problemas de salud mental: recetando antidepresivos o ansiolíticos. No les culpamos, porque no están especializados en salud mental, pero un número mayor de psicólogos en estos centros sería de gran ayuda para estas personas.
Cómo te ayudamos desde nuestro centro de psicología en Móstoles
Es importante saber identificar cuándo tu salud se está viendo mermada y acudir a profesionales. ¿O acaso no vas al dentista cuando te duele una muela, o al fisioterapeuta cuando tienes una contractura? Sin desmerecer esas labores, el psicólogo es tan o más importante, porque de una correcta salud mental depende, en muchos casos, el resto de la salud física. De hecho, una situación constante de alerta, tensión continua por pensar que va a ocurrir algo malo inminentemente o mucho estrés genera dolores de cabeza, caída de pelo, dolor cervical, pérdida de peso, insomnio, etc.
Por eso, antes de que la sintomatología se agrave, es importante que acudas a terapia. Nosotros, como centro de psicología en Móstoles, disponemos de terapias personalizadas según la patología y el punto en el que te encuentres.
Así, podemos ofrecerte tanto terapia individual, como de pareja, de familia, de grupo o de apoyo. Además, disponemos de consultas online, la primera gratuita, por si por tu situación no te puedes desplazar hasta nuestro centro de psicología en Móstoles.
Consejos desde nuestro centro de psicología en Móstoles
Pese a que padecer alguna enfermedad mental no depende de nosotros mismos, sino de los factores que antes mencionábamos, hay algunas cosas que podemos hacer y que nos ayudan a tener una mejor salud mental:
- Realizar actividad física. Ejercitarse físicamente ayuda al cuerpo a evitar la apatía o el cansancio general, a la vez que lo fortalece. Para ello, lo recomendado es realizar ejercicio entre tres y cinco días a la semana, y con una duración de entre 30 y 45 minutos. Pero cada uno tiene su ritmo y su constancia.
- Practicar métodos de relajación. Además de calmar la mente y el cuerpo, también mejora el descanso y reduce la ansiedad.
- Una correcta higiene del sueño. Dormir es fundamental para la salud física y para la salud mental. Así, debemos descansar unas 7 u 8 horas al día para que estos sean más productivos. Para ello, desde nuestro centro de psicología en Móstoles, recomendamos tomar buenos hábitos: ir a la cama temprano; utilizar nuestra habitación solo para descansar, sino la identificaremos con otras actividades; no realizar deporte unas 3 horas antes de ir a dormir ni utilizar móviles ni pantallas, a ser posible, pues nos activan; no tomar bebidas azucaradas ni estimulantes a partir de las 17:00 horas ni cenar comidas fuertes ni picantes.
- Dedicar tiempo al ocio y a las relaciones sociales. Esto es vital, porque las personas somos seres sociales y, como tal, necesitamos de más personas. La diversión y la evasión juegan un papel fundamental para tener un buen estado de ánimo.
Por último, no tengas vergüenza en contactar con profesionales de la salud mental, porque el resto de tu salud depende de ello. Cada vez son más las personas que acuden a nuestro centro de psicología en Móstoles, y desde aquí consideramos que ir a terapia es tan importante como ir al dentista o al médico de cabecera. Por eso, si lo necesitas, no dudes en contactar con nosotros.
No te vamos a juzgar. Eres importante para nosotros.