Como Psicólogos en Móstoles, somos conscientes de cualquier tipo de enfermedad o patología será más susceptible de agravarse y causar daños severos en cuanto no haya sido identificada correctamente. En el terreno de las afecciones físicas, resulta muy sencillo comprender que no existe ningún tipo de voluntariedad por parte de la persona. Sin embargo, cuando nos adentramos en afecciones de corte psicológico, esto no siempre es así. Por ejemplo, un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad puede ser interpretado simplemente como mala disposición. Del mismo modo, la Fobia Social puede ser interpretada como un mero caso de timidez, lo cual supone un problema, pues no es así.
Por ello, en este post hablamos de las fobias sociales, en qué consisten y por qué no deben confundirse con timidez.
Qué es Fobia Social
La fobia social, o trastorno de ansiedad social, es una patología muy frecuente en salud mental que suele tener su origen en la infancia o en la adolescencia. Se caracteriza por un temor intenso a las situaciones sociales en las que la persona que padece la fobia se siente amenazada por la presencia de los demás. De este modo, la preocupación más recurrente es sentir vergüenza, temor por una evaluación negativa o ante una posible humillación.
Este sentimiento provoca una limitación significativa en todos los ámbitos de su vida (académico, laboral, social, de intimidad, etc.), lo que afecta muy negativamente a su calidad de vida.
Por último, como Psicólogos en Móstoles hemos comprobado la cronicidad que tiene esta patología, de modo que puede provocar otros problemas, como depresión. Por eso, no debe confundirse la timidez con una fobia social, pues no conceptos totalmente lejanos,
Diferencias entre una timidez y la fobia social
Pero, ¿cómo diferenciamos la fobia social de la timidez? La timidez es un sentimiento normal en algunos periodos de la vida o al someternos a situaciones poco habituales, la cual resulta incluso connatural a algunas personas debido a su forma de ser. La timidez nace de la interacción social y tiene que ver mucho con algunos aspectos muy claros:
- Cierta falta de confianza en uno mismo. Que nos lleva a sentir que no seremos capaces de estar a la altura que (seguramente) nosotros mismos nos marcamos. Algo habitual en los primeros compases de las relaciones de pareja, donde se quiere impactar positivamente a la otra persona.
- Escasa interacción social previa. Falta de costumbre a la hora de interactuar con personas que no conocemos (algo habitual en niños).
- Miedo al posible juicio de la persona o personas que se tienen delante. Especialmente cuando esta persona representa a una figura de autoridad o nos importa especialmente causarle una sensación favorable.
- Nos sometemos a situaciones poco habituales. Y ello nos genera incomodidad y ciertas dudas sobre nosotros mismos. Algo común a la hora de emprender nuevos proyectos o socializar en un ámbito muy distinto al habitual.
Por qué no debe confundirse con timidez
Por estas circunstancias, como decimos, la Fobia Social puede ser interpretada como un mero caso de timidez, lo que lleva a:
- A) Que la incomprensión que recae sobre esa persona lleve a su entorno a someterlo al castigo y la crítica, pues piensa (de forma errónea) que existe voluntariedad y que estos son métodos efectivos para la corrección de dicha conducta, cuando realmente la fobia social precisa de un diagnóstico y tratamiento psicológico.
- B) Que la persona tienda a recluirse, deprimirse y empeorar. La sensación de incomprensión y la falta de autoestima son daños habituales.
- C) Finalmente, que la persona haga todo lo posible por evitar situaciones en las que crea que pueda sentirse acusado y padecer dolor. Y que, por tanto, desarrolle una grave limitación que puede hacerle perder empleos y repercutir gravemente sobre sus relaciones sociales.
Una patología que debe ser tratada
La timidez es un proceso que se deja atrás con cierta facilidad, especialmente con la edad, pues vamos ganando en confianza y superamos esa ligera inquietud. La fobia social, en cambio, es un trastorno grave que tiende a empeorar si no es identificado y tratado con eficacia, como hacemos en nuestra consulta de psicología en Móstoles. Va mucho más allá de una timidez natural y concurre a situaciones inhabituales, como asistir a una fiesta o comer en público.
Por eso, es importante identificar la fobia social, cuyos síntomas claros son:
- Tartamudeo o dificultad para hablar.
- Nervios, cansancio extremo y náuseas.
- Sudoración profusa, tics y temblores.
Fobia Social en Psicólogos Móstoles
La persona con fobia social experimenta un miedo más allá de lo razonable ante cualquier situación que le exponga mínimamente. Y resulta usual que la inquietud le surja mucho tiempo antes de tener que someterse a dichas situaciones, lo cual agrava su condición hasta el punto de poder derivar en problemas físicos, depresión, drogadicción o alcoholismo.
Por eso, lo mejor es acudir a terapia. Como psicólogos en Arroyomolinos y psicólogos en Móstoles, tratamos este problema mediante una evaluación, diagnóstico y correcto tratamiento para que no vaya a más. Además, te enseñamos a utilizar las herramientas para que seas tú mismo quien sepa gestionar y controlar los pensamientos intrusivos que alimentan a una fobia social. Consúltanos sin compromiso. Somos Psicólogos en Móstoles pero prestamos terapia online.