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Inmadurez emocional: qué es, cómo nos afecta y cómo tratarla

A través de este post descubriremos que la inmadurez emocional es mucho más común de lo que pensamos. Afecta a las personas que la sufren en diferentes áreas de su vida, llevándolas incluso a convivir con miedos, frustraciones, ansiedad o depresión.

Asimismo, veremos que también tiene un fuerte impacto en la forma en que nos relacionamos con los demás, al generar dependencia sobre otros e impidiéndonos tener relaciones personales de calidad. Las reacciones desproporcionadas, la incapacidad de diálogo, así como algunos otros rasgos propios de esta tendencia nos llevarán inevitablemente al deterioro de nuestras relaciones sociales y afectivas, impidiendo además el desarrollo pleno como persona y a nivel profesional.

Qué es la inmadurez emocional

Alguien maduro es capaz de autorregularse y adaptarse de forma saludable a su entorno, teniendo en cuenta que reconoce, no solo sus propias emociones y sabe tramitarlas, sino que también puede expresarlas de modo asertivo y comprender mucho mejor las de los demás.

Lo primero que debemos señalar es que la inmadurez emocional no tiene nada que ver con la edad. Es decir, que perfectamente una persona adulta puede ser emocionalmente inmadura, mientras que un adolescente puede ser maduro emocionalmente. De hecho, también es conocida como el Síndrome de Peter Pan, precisamente por la resistencia a crecer.

También conocido como el síndrome del eterno niño, el Síndrome de Peter Pan es un término que fue acuñado por el psicólogo Dan Kiley. Este sirve para definir aquellas personas que no asumen que se hacen mayores o que les da miedo el compromiso, prefiriendo quedarse en su zona de confort y buscar culpables por sus acciones.

De este modo, podemos asociar la inmadurez emocional con la falta de responsabilidad por los sentimientos propios y ajenos, así como a la incapacidad de gestión emocional adecuada y al abandono del derecho a ejercer el poder personal. Esto, a su vez, genera un vacío que busca llenarse viviendo la vida de otros al crear lazos de dependencia y codependencia emocional.

Rasgos de una persona emocionalmente inmadura

Ya hemos visto algunos de los rasgos más significativos, como que intentan evadir responsabilidades, tienen miedo al compromiso o son incapaces de expresar sus sentimientos, aceptar sus errores, o que carecen de la voluntad necesaria para fijarse metas o prohibiciones.

Y es que los inmaduros emocionales suelen tener unas características conductuales, emocionales y mentales diferentes, y es fácil que quien presenta una de ellas sea propenso a mostrar alguna más. A continuación, describimos algunas más:

hombre trajeado mandando callar a otro

  • Son rígidos y obstinados. Una vez que configuran una opinión, su mente se cierra y les cuesta aceptar otro punto de vista distinto.
  • Intolerancia al estrés. Suelen emplear mecanismos de defensa que distorsionan la realidad. Les resulta muy complejo regular sus emociones y tienden a reaccionar de manera exagerada.
  • Hedonismo puro. Siguen con el patrón infantil de búsqueda de lo placentero, tomando decisiones que responden a sus apetencias inmediatas y tienden a escoger el camino más fácil.
  • Son egocéntricos. Viven en un perpetuo estado de inseguridad, temiendo que algo o alguien las desenmascare y las considere incompetentes o indeseables.
  • Les gusta ser el centro de atención. Tratan de redirigir cualquier conversación a ellas mismas.
  • Son subjetivas, no objetivas. Son muy dadas a realizar análisis imparciales, se quedan con lo que les resulte más importante obviando el resto de las realidades.
  • Viven preocupadas de sí mismas y solo piensan en sí mismas. Además, les resulta complicado desarrollar empatía.
  • Fomentan la inversión de roles. Por ejemplo, se dirigen a sus hijos/as como si fueran ellos las personas pequeñas, esperando atención o consuelo.

Efectos de inmadurez emocional en el día a día

La inmadurez emocional hace que la persona se sienta insegura, requiere de atención permanente y entre en conflicto cuando no le salen las cosas como las quiere, debido a que desarrollan pocos niveles de tolerancia a la frustración y resiliencia.

Del mismo modo, la inmadurez emocional hace que las personas tengan comportamiento irritable y problemas para manejar la ira o la agresividad, además de generar múltiples dramas frente a todo lo que sucede, lo que hace que pueda deteriorar sus relaciones interpersonales a nivel íntimo, familiar, laboral y social.

Además, la dificultad para gestionar y tramitar emociones complejas, es un detonante para que las personas desarrollen ansiedad, angustia, irritabilidad e incluso depresión.

Cómo tratar la inmadurez emocional

Sin duda, el primer paso para curar o mejorar la inmadurez emocional es su reconocimiento. Después, se puede mejorar esta condición con ciertas pautas:

  • Evalúa la situación. Es decir, identificar qué te causa la negación a crecer o cuáles son tus miedos.
  • Fíjate metas reales, reconociendo que no se pueden hacer cambios de un día para otro.
  • Asume responsabilidades. Esto te permitirá ganar credibilidad y generar confianza en tu entorno personal, familiar y también en el trabajo.

un peón cree que es el rey frente al espejo, símbolo de la inmadurez emocional

  • Afronta los problemas sin culpar a nadie, sin esperar que la solución llegue de los otros o por sí sola.
  • Evita la dependencia emocional. Todos necesitamos del otro, pero también debemos respetar la autonomía de vida de cada uno, sin crear esa dependencia.
  • Deja de sentirte como la víctima de las circunstancias, comprendiendo que es dañino para la asimilación de las diferentes situaciones que vivimos en la vida.
  • Aprende a ser asertivo para evitar conflictos innecesarios que desgasten y deterioren la comunicación.
  • Sal de la zona de confort e incluye los cambios necesarios para alcanzar las metas fijadas.

Pide ayuda si lo necesitas

Si reconoces que tienes un problema que no puedes superar solo, este es el inicio para responsabilizarte de ti mismo, vencer los miedos y enfrentar las situaciones a resolver acompañado de un profesional que tr ayude a aprender aquello que se te resiste.

En Psicólogos Móstoles podemos ayudarte a superar la inmadurez emocional, ya que contamos con conocimiento y la ética que se requiere, guiándote durante el proceso para hacerlo menos doloroso y enseñándote estrategias de gestión que te permitirán superar la inmadurez emocional para que empieces a construir la vida que quieres.

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