Es un hecho: todos somatizamos en mayor o en menor medida. Es decir, muchas veces manifestamos nuestras emociones o preocupaciones de forma física. No obstante, cuando esta somatización se convierte en un problema prolongado y constante en el tiempo, puede llegar incluso a poner en jaque la calidad de vida de la persona. De hecho, fuentes del Ministerio de Sanidad estiman que el 5,5% de la población mundial sufre somatización.
En ocasiones, la somatización puede derivar de un problema de ansiedad, pero existen más causas que pueden estar originándola. En este post, no solo analizaremos dichas causas, importantes de discernir para ser tratada, sino que además veremos qué es la somatización y en qué formas puede manifestarse. Asimismo, veremos cómo puede ayudar la psicología para mejorar la situación del paciente.
Qué es la somatización
La somatización es un problema relacionado con la salud mental y una consecuencia de algún trastorno, no una enfermedad en sí misma. Consiste en la conversión de problemas de carácter mental en otros síntomas o dolencias de carácter físico. Es decir, en experimentar dolores físicos, como dolor de cabeza o de barriga, por un problema que afecta a nuestra salud mental.
Es por ello que los pacientes que la sufren suelen tener dificultades para encontrar un diagnóstico clínico al origen de sus problemas, ya que no relacionan el dolor físico con un trastorno emocional subyacente.
Por ejemplo, es muy normal encontrar casos de pacientes que sufren migrañas crónicas como resultado de un trastorno de ansiedad o depresión. Esto es porque la somatización y la salud mental están estrechamente relacionadas. De hecho, la primera es una causa de la segunda: su origen normalmente vendrá derivado de un trastorno psicológico, ya sea estrés, ansiedad o depresión. Por el contrario, no todas las personas que sufren estos trastornos desarrollan somatización.
Causas psicosociales de la somatización
En este caso, el quid de la cuestión no reside tanto en si la persona experimenta o no algún tipo de trastorno en sí, sino en cómo lo afronta. Es decir, las personas que sufren dolores somáticos suelen tener problemas en aceptar o expresar lo que sienten.
Por eso, cuando la mente no posee los recursos necesarios para gestionar dichas emociones, lo manifiestan a través de síntomas físicos. Veamos cuáles son los trastornos y situaciones que producen somatización de forma más frecuente:
- Estrés, ansiedad o depresión. Alguno de estos trastornos psicológicos sostenidos en el tiempo puede desencadenar en problemas físicos. Los episodios de ansiedad pueden producir dolor de cabeza, intestinal, diarrea, temblores e, incluso, hormigueo en las extremidades.
- Traumas. Experiencias traumáticas como pérdidas importantes, abusos u otros eventos estresantes pueden manifestarse en el cuerpo como una forma de expresar el trauma no resuelto.
- Problemas emocionales. Los sentimientos que provocan ciertas situaciones, tales como la ira, la tristeza, la frustración y la culpa, y que no sean abordados de forma correcta, pueden manifestarse como síntomas físicos.
- Factores sociales. Las creencias culturales y los esquemas sociales con los que funcionamos pueden influir en la forma en que comprendemos y expresamos nuestro malestar emocional.
- Historial clínico. Experiencias previas con enfermedades, ya sean propias o de seres queridos, pueden llevar a interpretar estados normales del cuerpo como síntomas de una enfermedad y generar estrés.
- Modelos de aprendizaje. Es posible que algunas personas hayan aprendido a expresar su malestar emocional a través de síntomas físicos, a causa de modelos cercanos durante etapa de desarrollo.
Tipos de manifestación más comunes
Si hay que aclarar que experimentar algunos de los síntomas que veremos a continuación de manera puntual no implica estar somatizando necesariamente. El problema viene cuando se vuelve recurrente y no hay problema de salud que lo justifique, solo mental:
- Dolor de pecho, cabeza, espalda, brazos, piernas, articulaciones y latidos del corazón irregulares.
- Problemas gastrointestinales. Vómitos, náuseas, diarrea, dolor en el abdomen e intolerancias alimenticias.
- Problemas sexuales. Disfunción eréctil en el caso de los hombres e irregularidad y molestias menstruales en el caso de las mujeres, tales como sangrado o dolor. También puede mermar el deseo sexual.
- Problemas cutáneos, tales como dermatitis, psoriasis o picor.
- Problemas neurológicos. Parálisis, cefaleas, amnesia, mareos, pérdida del equilibrio y debilidad muscular.
- Problemas relacionados con el aparato urinario.
Lo normal en estos casos es que, al experimentar alguno de estos síntomas, es acudir al médico. No obstante, cuando la causa es somática, lo normal es que estos no sean capaces de encontrar ninguna respuesta clínica al problema.
Tratamiento para la somatización en Psicólogos Móstoles
En el Centro de Psicología de Rosa Mª Pardueles en primer lugar y, como siempre, hacemos una evaluación para entender el contexto de la persona y poder hacer un análisis de las raíces de la somatización. De este modo, ayudamos a la persona a comprender qué es lo que le ocurre.
Después, el paciente deberá ir identificando y poniendo nombre a sus emociones. Permitirse sentir emociones, aceptarlas y dejarlas estar, será uno de los puntos clave en el tratamiento para las personas que suelen somatizar.
Por último, también será muy importante que, durante la terapia psicológica, el paciente aprenda a gestionar los conflictos de la vida diaria de forma eficaz.
Por todo ello, en Psicólogos Móstoles recomendamos la “ psicoterapia integradora”, que irá encaminada no solo a entender las causas, sino a pautar conductas y aprendizajes que hagan que sea la persona quien genere cambios en su vida. De este modo, aprenderá a gestionar sus emociones y sus pensamientos de otra forma distinta a la somatización.
Si necesitas ayuda para tratar tu problema, no dudes en ponerte en contacto con Psicólogos Móstoles. Además, actualmente trabajamos tanto mediante sesiones presenciales como a través de la modalidad online por videollamada. ¡Consúltanos sin compromiso!