Escríbenos al

info@psicologosmostoles.com

Llámanos al

91 613 22 00

ilustración que representa los sesgos cognitivos a través de la experiencia individual

Qué son los sesgos cognitivos y cómo afectan a nuestras decisiones

Seguro que alguna vez te has preguntado por qué cada persona interpreta la misma realidad de diferentes formas, ¿verdad? Eso se debe a los sesgos cognitivos, algo que los profesionales de la salud mental estudiamos mucho en psicología social.

Se trata de uno de los aspectos más interesantes de la menta humana, por lo que merece la pena que dediquemos este post a explicar qué son los sesgos cognitivos, cómo afectan en la toma de nuestras decisiones y ver cuáles son los tipos más comunes que existen. Comencemos:

Qué son los sesgos cognitivos

Los sesgos cognitivos son efectos psicológicos que producen una desviación en el procesamiento mental, lo que lleva a «una distorsión, juicio inexacto, interpretación ilógica, o lo que se llama en términos generales irracionalismo», que se da sobre la base de la interpretación de la información disponible, aunque los datos no sean lógicos o no estén relacionados entre sí.

En otras palabras, los sesgos cognitivos son aquellos errores o fallos que cometemos a la hora de interpretar la realidad. A su vez, estos sesgos influyen en cómo actuamos o en las decisiones que tomamos, tal y como veremos en el siguiente punto.

Cada uno de nosotros tiene sus propios sesgos cognitivos que se forman a partir de nuestras vivencias personales, creencias, valores, patrones de socialización, recuerdos, etc., y que pueden llevarnos a conclusiones que no estén basadas en ninguna evidencia objetiva.

Los sesgos cognitivos en nuestra toma de decisiones

Hay que tener en cuenta que nuestro cerebro, respondiendo a una necesidad evolutiva y de supervivencia, se ha desarrollado para hacer frente a cambios y novedades. En su complejidad, busca atajos para adaptarse mejor al entorno. Para ello, en situaciones urgentes ha sido mucho más eficaz para el ser humano actuar rápidamente y tomar decisiones con rapidez que esperar a utilizar la razón y el análisis, como forma de mera supervivencia.

sesgos cognitivos representados por una mente humana dentro de un laberinto

Y aquí es precisamente donde entran en juego los sesgos cognitivos, pues son procesos psicológicos que nos ayudan a administrar la información que recibimos para poder tomar decisiones rápidamente. Sin embargo, también pueden hacer que nos equivoquemos. De ahí la importancia de tomar conciencia de ellos y saber identificarlos.

Así pues, cuando vemos o vivimos un determinado suceso, lo que solemos hacer es pensar y juzgar lo que ocurre. Muchas veces, los juicios que emitimos sobre estos acontecimientos se ven influenciados por estos sesgos o errores de pensamiento.

Cuáles son los sesgos cognitivos más comunes

A través de numerosas investigaciones, se han descubierto numerosos sesgos cognitivos. No obstante, nos centramos en algunos que más ha estudiado la Psicología cognitiva:

  • Sesgo de correspondencia o error de atribución. Es la tendencia a atribuir en exceso los aspectos internos de personalidad frente a los externos cuando se trata de explicar las acciones de los demás, pero juzgarnos a nosotros mismos por la situación.
  • Sesgo retrospectivo. Mediante este sesgo percibimos los eventos pasados como más predecibles de lo que fueron. Algunos ejemplos para que entendamos mejor el sesgo retrospectivo son: «Esto se venía a venir», o «Sabía que pasaría».
  • Sesgo de confirmación. Somos proclives a encontrar o recordar información que refuerce nuestra postura y confirme nuestras percepciones o hipótesis previas. Por ejemplo, en política, las personas tienden a consumir noticias y seguir a personas en las redes sociales que respaldan sus puntos de vista políticos, lo que refuerza aún más sus creencias y opiniones preexistentes.
  • Sesgo por interés personal. Tendemos a percibir nuestros fracasos como circunstanciales, pero consideramos que nuestros éxitos son debidos a nuestro mérito.
  • Sesgo de favoritismo del endogrupo o sesgo endogrupal. Los miembros de un grupo presentan una tendencia a valorar de forma positiva a los miembros de su propio grupo. Sin embargo, no tienen una percepción positiva de los miembros del exogrupo. Un ejemplo muy claro sobre este sesgo lo encontramos en el fútbol: los aficionados del fútbol se identifican con su equipo, por lo que crean una categoría que incluye a los forofos de su equipo, pero excluye a los que siguen a otros equipos.
  • Pensamiento de grupo. Queremos mantener la armonía del grupo y esto nos lleva a adoptar decisiones irracionales para evitar que surja el conflicto.
  • Efecto halo. Si identificamos un rasgo positivo en una persona, tendemos a extrapolarlo a todas sus facetas. Lo mismo ocurre en lo que respecta a los rasgos negativos.
  • Efecto del falso consenso. Se da cuando pensamos que existe más gente de acuerdo con nuestra opinión de la que realmente hay. La mayoría piensa que su propia visión del mundo y su forma de vida está más extendida de lo que realmente está.
  • Efecto Forer. También conocido como falacia de validación personal o efecto Barnum, es la tendencia a sentirnos identificados por descripciones de personalidad generales con las que, en general, podría identificarse cualquiera. Es muy común en campos como la astrología, la adivinación o la grafología. Por ejemplo, al leer un horóscopo, las personas buscan activamente una correspondencia entre su contenido y la percepción de su personalidad.
  • Efecto arrastre. Se denomina así a la tendencia a apuntarse a las tendencias o modas, hacer o creer en algo porque mucha más gente lo hace. Por ejemplo, la moda en la forma de vestir, la tecnología que usamos, las marcas que consumimos e incluso las sustancias que consumen las personas con alguna adicción son fruto del efecto arrastre.

Conclusión

Los sesgos cognitivos son un fenómeno que nos afecta a todos y que nos hace interpretar erróneamente la realidad. Por ello, es importante tener en cuenta cuáles son los más comunes para, en la medida de lo posible, poder identificarlos y ponerles fin. Además, los sesgos cognitivos intervienen en otras patologías psicológicas como la ansiedad o la depresión.

Mujer tendida en un sofá durante la sesión de terapia cognitiva

En Psicólogos Móstoles guiamos a nuestros pacientes en la localización de sus propios sesgos, empezando normalmente con un repaso básico de los sesgos más comunes, y a lo largo de las sesiones ahondando en los propios de cada paciente particular.

Las ventajas de saber detectar nuestros propios sesgos son innumerables. Una visión objetiva de las situaciones que nos rodean será la herramienta más potente para actuar de manera racional y eficiente día a día. Si somos capaces de percibir la realidad objetivamente, tendremos la destreza de conseguir un desarrollo personal superior.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio
Ir al contenido