En la vida adulta lo normal es haber adquirido la capacidad de expresar la «ira» de forma socialmente aceptable, una buena gestión y canalización de esta emoción; nos llevaría a ser capaces de dar respuestas «asertivas» frente a los demás cuando nos sentimos violentados, agredidos o injustamente tratados. Esto implica ser firmes y contundentes a la hora de «decir que No» o «restablecer los límites» pero sin incurrir en la violencia ni física ni verbal. Y hacer un proceso mental de «pensar antes de actuar»…
Cuando nos encontramos una persona adulta que no es capaz de controlar esta emoción pasará del impulso a la acción sin que medie el «pensamiento» cuando se «sienta violentada» por cualquier «otro», dando lugar a una pura descarga de la ira a modo de de «estallido emocional» (tal y como haría un niño pequeño), y en consecuencia a conductas violentas físicas (golpes) o verbales (des-calificaciones) hacia los demás o hacia sí mismo…
Se necesita un buen tratamiento psicológico para re-aprender a dominar el impulso y adquirir el autocontrol interno necesario para gestionar la «agresividad» de una forma adulta que no dañe nuestras relaciones con los demás ni con nuestro entorno. En psicólogos Móstoles Constitución te ayudamos a superarte si este es tu problema